Nombre: Isabel
Apellido: Contreras
Seudonimo:
Biografía:

A finales de noviembre de 1946, en Bogotá se produce una inusitada y desacostumbrada conmoción en los medios artísticos, en especial entre el numeroso y fiel público de la Compañía Bogotana de Comedias, dirigida por Luis Enrique Osorio. La radio instaba una y otra vez a asistir a la representación de la conocida comedia Rancho ardiendo. El gerente del Teatro Municipal hacía llamamientos por los medios a su alcance, se imprimían volantes y los artistas del teatro colaboraban en su distribución y en la información boca a boca. Se trataba de que las taquillas del Municipal estuvieran a reventar, sobrepasaran todos los pronósticos para poder colaborar en una delicada cirugía a la cual se sometería la joven actriz Isabel Contreras, o Isabelita, como la conocía la prensa y el público. El procedimiento médico era una cuestión de vida o muerte.

El éxito que había alcanzado Isabel Contreras en el teatro, en tan poco tiempo, se debía a su talento y a un trabajo bien encaminado con sus directores y no a su juventud y belleza. Isabel se había iniciado en el teatro hacia 1943 en la carpa de la Compañía Álvarez-Sierra, artistas chilenos, que en su correría por varios países de América Latina divulgaban nuevos repertorios de la dramaturgia argentina y chilena, y se destacaban por sus modernas técnicas actorales. Durante los años cuarenta, los integrantes de la Compañía Lily Álvarez: Soledad Sierra (madre de Lily), Gabriel Martínez y Humberto Onetto, formaban parte de un conjunto de artífices y también de circunstancias que habían hecho posible el resurgimiento del teatro en el país. Tanto los chilenos como los colombianos, en su afán por divulgar repertorios extranjeros y nacionales, alternaban las tablas con las ondas hertzianas. Este fue el ambiente en el que artísticamente creció Isabel Contreras.

Después ingresó como dama joven en la Compañía Renacimiento, que fue establecida por el dramaturgo Antonio Álvarez Lleras para divulgar su producción teatral, y a la cual pertenecían como primeras figuras los actores argentinos Máximo Giraldes, Ester Raspini y Armando Devicente. Isabelita participó en la temporada inaugural de la compañía que comenzó el 3 de marzo de 1944, y continuó vinculada durante la gira artística por el país, hasta que la compañía se extinguió. Tuvo roles en todas las obras del repertorio, entre ellas, Almas de ahora, Los mercenarios y Como los muertos, escritas por Álvarez Lleras, La dama del antifaz de Charles Mere, Su excelencia el doctor Badanas de Carlos Arniches. En algunas funciones pudo representar los papeles protagónicos de la primera dama, debido a inconvenientes de salud de la Raspini, lo cual le permitió mayor experiencia y proyección en el medio.

Luis Enrique Osorio la contrató para la Compañía Bogotana de Comedias; su primer papel fue el de AURORITA en Adentro los de Corrosca y luego ESTRELLA en El doctor Manzanillo, ambas piezas escritas por Osorio. Dentro de su conjunto se consagró definitivamente como primera actriz en el Teatro de Colón, en una función patrocinada por Extensión Cultural del Ministerio de Educación, en el papel principal de la obra El hombre que hacía soñar, también de autoría de Osorio. Desde el ensayo general, ante invitados especiales y periodistas, el nombre de Isabel Contreras se empezó a identificar con el de una talentosa actriz. Se escribió que había dado un paso gigantesco en el arte teatral hasta alcanzar la primera categoría: había expresado de “manera admirable” la intrincada psicología freudiana, había logrado la “maravillosa creación” que todos en el teatro aplaudieron sin reserva alguna.

De manera simultánea, la Contreras recibía elogios por su papel de NATACHA, la anarquista de Bombas a domicilio que, según se decía, Osorio lo había creado especialmente para ella. Terminadas las funciones del Colón, la Bogotana de Comedias viajó a Venezuela a finales de 1945. A comienzos de 1946, para la Semana Santa de ese año, Isabel es contratada por la Compañía Española Baus-Calero, para integrar el elenco que representaría El Señor de Galilea del poeta español Luis Fernández Ardavin. Otros artistas colombianos la acompañaban: César Borrero, Guillermo Gálvez y Ernesto Bernal. A finales de dicho año Isabel Contreras se preparaba para independizarse. Pretendía organizar su propia compañía y ya había logrado un turno en el ocupadísimo Teatro Municipal para comienzos de 1947. Con grandes ilusiones realizaba estas gestiones la joven actriz, cuando su salud la traicionó.

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Obras
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