Nombre: Josefa
Apellido: Acevedo de Gómez
Seudonimo:
Josefa-acevedo-de-gomez
Biografía:

Su nombre completo es María Josefa. Nació en Bogotá el 23 de enero de 1803 y murió en Pasca (Cundinamarca), en 1861. Hija de Catalina Sánchez de Tejada y de José Acevedo y Gómez, prócer de la Independencia, conocido como El Tribuno del Pueblo, quien tenía grandes dotes oratorias y de persuasión. De pensamiento liberal, participó de la vida política y fue protagonista del movimiento de emancipación. Dueño de una gran biblioteca, lector de los clásicos griegos, latinos y españoles.

La familia Acevedo Tejada gozaba de buena posición dentro de la sociedad colonial y fue sobresaliente en el ámbito intelectual. En el hogar de los Gómez Tejada se discutían las ideas republicanas y existía un vivo interés por la ciencia y el arte. Las primeras letras de Josefa las recibió de su madre, cuya instrucción era superior a la de otras mujeres de su época y estuvo siempre interesada en dar instrucción a sus hijos. Fue alumna también de Juan Francisco Arganil, conocido como el doctor, francés de ideas jacobinas, quien la instruyó sobre la Revolución Francesa y la historia europea; asimismo, Arganil perteneció a la Sociedad Filológica, cuyos miembros más destacados conspiraron contra El Libertador el 25 de septiembre de 1828. Este personaje era calificado por los habitantes de Bogotá como "misterioso" y se decía que había estado cerca de Danton en los acontecimientos franceses de la Revolución; de todas maneras, su vida está envuelta en el misterio. Algunos estudiosos sostienen que no era médico, como él lo aseguraba y sí un aventurero, mitómano y su apellido Arganil era un seudónimo tomado de un personaje del Enfermo imaginario, de Moliere, Argan el Mísero. Josefa le tenía gran aprecio y le dedicó un soneto, escrito en 1838. Se dice que Arganil entregó documentación valiosa a su alumna quien la destruyó, junto con algunos manuscritos de ella, antes de morir.

Según el Papel Periódico Ilustrado (#9. Jun. 20, 1882) la autora contrajo matrimonio a la edad de diecinueve años con Diego Fernando Gómez (1786-1850), un primo hermano de su padre y abogado de profesión. Hombre culto e instruido, colaborador de los gobiernos del general Francisco de Paula Santander. Después de su matrimonio se instaló en la hacienda El Chocho, en Fusagasugá, donde vivió once años. Su familia estaba conformada por un hijo de su esposo y dos hijas de ambos: Amelia y Rosa.

Josefa acompañó a su padre en las montañas de Barragán, en la Cordillera Central, cuando huía de la persecución de los españoles y fue ella quien tuvo que enterrarlo al morir. Por todos estos acontecimientos dolorosos, personales y familiares, ligados estrechamente con las luchas y avatares de la Independencia política, algunos historiadores del siglo XIX la presentan como una mujer inmersa en el llanto, protagonista de un destino trágico que la acompañó durante toda su existencia; pero, han olvidado su valioso papel como escritora.

Josefa fue la primera escritora del país en tiempos republicanos y su obra está marcada por los sucesos públicos de su época, tal como les ocurrió a otros escritores de su generación. Desde muy joven llevaba diarios minuciosos sobre los acontecimientos del país, en especial durante la época de la dominación del general del ejército español, al servicio del rey Fernando VII, Pablo Morillo, conocido como el Pacificador, el más grande represor del pueblo granadino, periodo conocido en la historia como el “Régimen del Terror”. Gustaba Josefa, asimismo, el estilo epistolar, en el cual se reveló como buena escritora. Mantuvo copiosa correspondencia familiar y con personajes como Rufino Cuervo, el general Tomás C. de Mosquera y otras altas personalidades del gobierno, a quienes dio argumentos para acelerar la abolición de la esclavitud y la expedición de la ley de emancipación de los esclavos. Dejó inéditos folletos titulados Mis ideas y Catecismo republicano. De esta manera se alejó del misticismo que caracterizó a algunas escritoras. Son conocidas sus biografías breves, entre ellas, la de su padre, su hermano José, la de Vicente Azuero y la de su primo hermano, el poeta y dramaturgo Luis Vargas Tejada, a quien protegió cuando huía de la persecución política, desencadenada por su participación en la conspiración contra Simón Bolívar.

Escribió también sobre el amor, filial y romántico, la historia, las costumbres y la moral social, algunos de estos fueron publicados, tales como Ensayo sobre los deberes de los casados, cuya quinta edición se halla en la Biblioteca Nacional de Colombia y la cual es notable, dado que es la primera vez que se da crédito a la autora. Su Tratado sobre economía doméstica para el uso de las madres de familia y de las amas de casa, fue publicado en Bogotá, en la Imprenta de José A. Cualla, en 1848, sin el nombre impreso de la autora. El conjunto de su obra en verso constituye un recorrido a través de la vida emocional de la autora. El título Poesías de una granadina, de 1853, recoge la producción poética de la autora, quien en una "Advertencia inicial" anota que: “Mi educación se resintió de la época en que nací: entonces no había casas de educación para mujeres y nos criábamos sin saber ni los primeros rudimentos de la lengua”. El libro contiene poemas escritos desde 1823, fecha de Una tumba en los Andaquíes, dedicado a la memoria de su padre y un soneto titulado Santa Helena, son los poemas más notables de la autora.

Entre las obras más notables de la autora, escritas en prosa, se encuentra, Cuadros de la vida privada de algunos granadinos copiados al natural para instrucción y divertimento de los curiosos, libro publicado después de su muerte, con un prólogo biográfico de José María Vergara y Vergara. Contiene ocho "cuadros" bajo los siguientes títulos: El triunfo de la generosidad sobre el fanatismo político, El soldado, Valerio o El calavera, Anjelina, La caridad cristiana, El pobre Braulio, La vida de un hombre, Mis recuerdos de Tibacui. Se trata de fragmentos de la vida de personajes bogotanos y colombianos, algunos de ellos bastante conocidos y otros ficticios.

Como aquí interesa su obra teatral, se tiene conocimiento que es autora de tres comedias inéditas: La coqueta burlada y En busca de almas, ambas estrenadas en 1864 por una compañía de aficionados de Bogotá; y Mal de novios. Se ha escrito que es autora de otros dramas inéditos, pero su nieto, el dramaturgo Adolfo León Gómez, sostuvo que no los encontró entre sus manuscritos. Precisamente León Gómez declaró que algunas de sus propias obras teatrales, en especial El soldado. Drama histórico en tres actos y en verso se inspiró en los relatos que su abuela le contaba sobre el reclutamiento forzado.

Obras
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En busca de almas, Comedia. Bogotá, [s.f.].

La coqueta burlada, Comedia. Bogotá, [s.f.].

Mal de novios, Comedia. Bogotá, [s.f.].